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¿Hablar con naturalidad sobre la tartamudez con niños?

En general, existe una falta de conocimiento sobre la importancia de las intervenciones tempranas para la tartamudez. Algunos creen que hablar sobre la condición implica que se necesita una intervención inmediata, lo que puede causar ansiedad tanto en los padres como en los niños.

Este desconocimiento sobre el tema, hace que padres, familia, maestros, e incluso otros profesionales prefieran no mencionar nada sobre el tema, pues no saben de los beneficios que conlleva hablar abiertamente y con naturalidad sobre estas dificultades en la fluidez y realizar tratamientos especializados.

Además, muchas veces se piensa que la tartamudez es simplemente una fase que muchos niños atraviesan y que desaparecerá con el tiempo, sin necesidad de intervención. Por lo tanto, creen que hablar sobre ella podría «solidificar» el problema o hacer que el niño se sienta «etiquetado». Esto lleva a evitar hablar del tema con la esperanza de que el niño «superará» la tartamudez de manera natural.

Algunos padres, maestros o personas del entorno del niño temen que al mencionar la tartamudez, puedan avergonzar al niño o hacer que se sienta incómodo. Creen que es mejor no hacer alusión a ello para que el niño no sienta que algo está «mal» en su manera de hablar, y se trata como un tema tabú.

Es un error pensar que si se habla abiertamente sobre la tartamudez con un niño, esto podría hacer que el niño se enfoque demasiado en su manera de hablar, lo que, según esta creencia, podría empeorar la tartamudez. Este pensamiento surge de la idea errónea de que al prestar más atención a la tartamudez, el niño se volverá más consciente de su dificultad lo que podría agravarla.

Sin embargo, al hablar abiertamente sobre la tartamudez, se ayuda a los niños a entender que es una forma de hablar que algunas personas tienen, lo cual promueve la aceptación desde una edad temprana. Esto evita que lo vean como algo «extraño» y reduce el riesgo de que desarrollen prejuicios hacia la tartamudez.

Es posible que los niños que tartamudean sientan frustración, vergüenza o ansiedad por su forma de hablar. Si se aborda el tema de manera natural, les permitirá entender que no hay nada de malo en ello, ayudando a aliviar la presión y reduciendo el impacto emocional negativo. Esto es crucial para su desarrollo emocional y autoestima.

Hablar de la tartamudez, sin tabúes, fomenta que los niños que la tienen no teman interactuar y expresar sus ideas, lo cual es vital para su desarrollo social y emocional. Además, les ayuda a enfrentar situaciones de comunicación con más confianza y a desarrollar herramientas para lidiar con la frustración que puede surgir al tartamudear.

En resumen, hablar de la tartamudez con naturalidad y hacerla parte de la conversación cotidiana contribuye a crear un ambiente inclusivo, empático y comprensivo tanto para el niño que tartamudea como para los demás niños, promoviendo el respeto y la aceptación de la diversidad desde una edad temprana.

Si tienes dudas y quieres ampliar información, escríbenos a hola@hablandodetartamudez.com. ¡Estaremos encantadas de ayudarte!

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