Con la llegada del verano y el cambio de rutinas, muchas familias nos consultan sobre qué hacer si durante las vacaciones se interrumpe temporalmente la intervención logopédica. Es una duda frecuente y totalmente comprensible ya que, a veces, surge la preocupación de que, sin sesiones, pueda haber un “retroceso”, que se olviden las técnicas trabajadas o que “aumente” la tartamudez.
Pero tenemos que entender que no debemos convertir las vacaciones en un momento de exigencia. De hecho, insistir en que lo hagan puede generar más presión, y los niños y niñas pueden entonces tener la idea de que sólo queremos escucharlos si es con fluidez, y eso no debe ser así. ¡LAS VACACIONES SON PARA DISFRUTAR! En este periodo, lo más importante es que se comuniquen con libertad, que disfruten de sus conversaciones sin miedo, y que se sientan escuchados y validados por su entorno.
Es normal que durante las vacaciones haya una mayor variabilidad en la fluidez. La tartamudez puede aumentar o disminuir, tanto en frecuencia como en intensidad, cada persona que tartamudea es diferente y, depende de muchos factores como el contexto, el nivel de exigencia, el descanso o incluso el estado emocional. Esta variabilidad no significa que se haya perdido lo aprendido ni que se haya retrocedido. Recuerda…¡la tartamudez no es lineal!
Así que, si este verano tu hijo o hija tartamudea más (o menos), obsérvalo desde la calma. Estar ahí, escuchar y disfrutar de su forma de hablar es también una forma de apoyar.
Y recuerda, no hablamos de retrocesos, sino de fluctuaciones naturales, variabilidad, ALGO NORMAL. No dejéis de hacer planes este verano porque pienses que tu hijo o tu hija puede tartamudear más.
Si tienes dudas y quieres ampliar información, escríbenos a hola@hablandodetartamudez.com. ¡Estaremos encantadas de ayudarte!