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Nuestras logopedas hablan: “¿Cómo sé si mi hijo tartamudea?”

La intervención temprana es muy importante para saber discernir si el niño tartamudea o tiene disfluencias típicas. El profesional al que acudáis no debe decir “ya se pasará, es normal”, tiene que valorar si hay factores de riesgo, entre los que se encuentran: qué tipo y frecuencia de disfluencias en el habla está teniendo, si hay conductas asociadas (como tensión y gestos) y cómo afecta este habla tanto al niño como a la familia.

Si notamos alteraciones en la fluidez de su habla, como repetir sonidos, bloquearse o incluso frustrarse al intentar hablar, puede ser que el niño este empezando a tartamudear.

El habla empieza a desarrollarse los dos primeros años de vida y, entre los 2 y 5 años, pueden empezar a darse complicaciones en la fluidez debido a la complejidad que empiezan a tener las construcciones del lenguaje.

Así pues, es importante hacer un buen diagnóstico diferencial porque, aunque es verdad que es normal y evolutivo que puede haber un periodo determinado en el desarrollo del lenguaje en el que haya falta de fluidez, no podemos dar por hecho que el caso de nuestro hijo sea ese. Siempre es preferible consultar con un profesional especializado y actualizado en tartamudez que os dé la información adecuada y ayude a esclarecer vuestras dudas.

Pero, ¿qué factores de riesgo de tartamudez tenemos en cuenta? En pocas palabras, serían los siguientes:

  • Género: ser niño
  • Antecedentes familiares: tener al menos un familiar con tartamudez
  • Edad de inicio: después de los 5 años
  • Tiempo que ha pasado desde el inicio: más de 8 semanas con disfluencias (incluyendo periodos de habla sin tartamudez)
  • Variabilidad: que la tartamudez “vaya y venga”
  • Temperamento: niños muy sensibles o muy rígidos
  • Comorbilidades: tener otras dificultades en el habla o en el lenguaje
  • Tipología de las disfluencias: tener bloqueos y/o repeticiones
  • Preocupación de los padres: mostrar ansiedad o nerviosismo
  • Consciencia y preocupación del niño: tener conductas como dejar de hablar
  • Reacciones físicas: hacer gestos o movimientos con la cara o el cuerpo.

Todos estos criterios deben ser valorados por un especialista, no dudéis en consultar y no os conforméis con el “ya pasará, es normal”. La atención e intervención temprana siempre es la mejor opción, NUNCA es contraproducente.

Esperamos que os haya resultado útil esta publicación, y tanto si sois familiares como profesionales, podáis ayudar a la persona que tartamudea de la mejor manera posible.

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