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¿Tartamudez? Los 10 factores de riesgo que hay que tener en cuenta (PARTE I)

En el post anterior os hablamos de las disfluencias evolutivas, diferenciándolas de las disfluencias propias de la tartamudez. Y hoy aprovechamos para insistir en que no nos debemos conformar con el “ya se le pasará” (¡lo diga quien lo diga! Pediatras, maestros, psicólogos…) pues hay que tener diferentes factores en cuenta, de los cuales hablaremos tanto hoy, como en nuestra próxima publicación.

Ante cualquier duda SIEMPRE hay que acudir a un profesional especializado, para que pueda valorar vuestra situación concreta y guiaros en el proceso, adaptándose a vuestro hijo o hija y a su entorno.

Os dejamos aquí los diferentes criterios de riesgo que nuestras profesionales especializadas consideran más importantes:

  1. GÉNERO
  2. ANTECEDENTES FAMILIARES
  3. EDAD DE APARICIÓN
  4. TIEMPO QUE HA PASADO DESDE EL INICIO
  5. TIPO DE DISFLUENCIAS
  6. VARIABILIDAD
  7. PREOCUPACIÓN DE LOS PADRES
  8. TEMPERAMENTO
  9. CONDUCTAS SECUNDARIAS
  10. COMORBILIDADES

Hoy, os hablaremos de los 5 primeros.

  • Género: el género se considera un factor de riesgo en la tartamudez debido a las tendencias observadas en la prevalencia de este trastorno entre niños y niñas. Aunque en edad infantil hay relativa equivalencia, en la edad adulta, por cada 4 hombres que tartamudean lo hace 1 mujer. Lo que significa que tiende a haber cronicidad en el sexo masculino.
  • Antecedentes familiares: los estudios nos dicen que se encuentran antecedentes familiares de tartamudez entorno a un 60% de los casos. No obstante, nuestra experiencia clínica nos dice que ese porcentaje parece ser un poco más alto, puesto que se desconoce en gran cantidad de casos la historia clínica de los familiares que van más allá de los abuelos, habiéndose dado casos de descubrimiento posterior (que inicialmente no reporta) de familiares de tercera y cuarta generación con tartamudez. Los antecedentes familiares son un criterio de riesgo para la tartamudez porque la evidencia sugiere fuertemente que la predisposición genética juega un papel importante en el desarrollo de este trastorno. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la genética no es el único factor involucrado, y otros factores ambientales y biológicos también pueden contribuir al riesgo de tartamudez persistente.
  • Edad de aparición: la tartamudez aparece entre los 2 y los 5 años. Se debe evaluar de manera correcta, como os comentamos en publicaciones anteriores, para valorar si hablamos de algo evolutivo o de tartamudez, ya que la tartamudez en la infancia temprana no siempre persiste en la edad adulta y la intervención temprana es un factor clave en la remisión de esta. Además, en algunos casos, sí hablaremos de tartamudez persistente, que permanecerá en la adolescencia y en la edad adulta, y cómo se aborde hará que se produzcan experiencias negativas o no. De ahí la importancia de un tratamiento precoz.
  • Tiempo que ha pasado desde el inicio: los últimos estudios nos aconsejan no esperar más de 8 semanas desde que la familia observa por primera vez disfluencias en el niño o niña. No obstante, esto va acompañado de valoración de todos los criterios antes descritos y de los que posteriormente describiremos. Lo que también nos dicen los estudios es que, si pasan más de 12/14 meses desde las primeras disfluencias, ya no podremos hablar de algo evolutivo.
  • Tipo de disfluencias: llamamos disfluencias a los bloqueos, repeticiones o prolongaciones que se producen en el habla de los niños. Las disfluencias son “típicas” cuando se consideran normales en el desarrollo del habla del niño, y tienen unas características y duración determinadas. Y son disfluencias “atípicas” cuando son propias de la tartamudez. Diferenciar entre unas u otras no es tarea sencilla para personas NO expertas en este campo y, por ello, insistimos siempre en acudir a profesionales especializados en tartamudez.

En nuestra próxima publicación explicaremos los restantes criterios de riesgo. Si tienes dudas respecto a estos 5 o quieres ampliar información, si crees que tu peque puede estar experimentando interrupciones en su fluidez y necesitas solventar tus dudas, escríbenos a hola@hablandodetartamudez.com. ¡Estaremos encantadas de ayudarte!

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